Por Tonatiuh Barradas, Vicepresidente de Banca, SAP Latinoamérica y Caribe
Algunos de los principales desafíos para el sector bancario en los últimos años han sido mantener el crecimiento, acercarse a nuevos clientes y ofrecer productos y servicios sencillos de implementar y utilizar. Las instituciones que no logren evolucionar, abandonar el antiguo modelo, están condenadas al fracaso. Un muy buen ejemplo de adaptación es el de Standard Bank, principal banco de Sudáfrica y del continente africano. Tenía como retos clave llegar a nuevos clientes, en un contexto económico y social con altos índices de pobreza y sin acceso a soluciones bancarias. Este problema se posicionó más como una oportunidad que como una barrera. En la actualidad, gracias a una implementación tecnológica y al apoyo en soluciones de movilidad, muchos nuevos clientes pueden realizar transacciones y operar su cuenta desde un teléfono celular común.
Una entidad que desea ser rentable y competitiva en este mercado debe considerar tres temas claves: productos a la medida, procesos ágiles y toma de decisiones basada en datos de negocio. Los bancos necesitan convertir al cliente en el centro. Además, deben administrar el riesgo, cumplir con las regulaciones y reducir el costo y la complejidad.
Desde hace unos años, el reconocimiento de las particularidades que caracterizan a la industria, obligó a concebir una solución ERP específica. Los controles propios, los requerimientos regulatorios y las demandas específicas llevaron a los proveedores de tecnología a plantear soluciones para este segmento, con la capacidad de manejar variables que exceden lo tradicional. El ERP vertical bancario fue uno de los primeros diferenciadores en el terreno del software, impulsado por SAP. Incorpora todos los elementos para soportar operaciones vinculadas con áreas como impuestos, contabilidad, compras, proyectos y otros procesos puros del sector.
Las exigencias de clientes, existentes y nuevos y la generación poblacional emergente demandan otras alternativas, nuevas fórmulas. La estrategia de SAP se fundamenta en cinco pilares (aplicaciones, movilidad, aplicaciones en la nube, base de datos y tecnología, soluciones analíticas de negocios) y se combina con las herramientas específicas de la industria. Gracias a ella, cualquier institución financiera queda capacitada para alcanzar sus objetivos y diferenciarse de sus competidores, para expandirse e impulsar el crecimiento y la rentabilidad. Siempre con la innovación como sustento. Fundamental para que los bancos puedan retener, atraer y adquirir nuevos clientes, ampliar relaciones, transformarse, renovarse, reinventarse constantemente.
En los últimos meses emergieron otros dos temas, prioritarios para todas las empresas en general y particularmente relevantes para los bancos: la movilidad y la administración y el análisis de grandes volúmenes de datos. Mientras que para algunos segmentos la movilidad representa un valor diferencial, para los bancos es una oportunidad. Soluciones como Sybase mCommerce 365 responden a una nueva realidad, al concepto de efectuar transacciones en cualquier momento, sin restricciones ni límites, de extender servicios a un dispositivo esencial en la cotidianidad de cada individuo, de amplificar el alcance de las sucursales y de otros canales de distribución.
El segmento bancario es uno de los líderes en volúmenes de datos y alcanza niveles impresionantes. El concepto de big data cobra otras dimensiones. Términos como “megadatas” o “hexadatas” son comunes. Existe una enorme masa de transacciones, con una estructura atómica en el que cada registro tiene, por su parte, profusión en cuanto a elementos de datos. Si se combina con la información que se requiere del cliente y con otras características propias del mercado, es imprescindible que se pueda disponer de estructuras exponencialmente poderosas como las que provee SAP HANA. Esta tecnología de computación in-memory permite analizar una inmensa cantidad de datos para proporcionar, en tiempo real, la información necesaria para dar apoyo a procesos de misión crítica, tomar decisiones, analizar patrones de conducta, evaluar fraudes o cuantificar el riesgo crediticio, entre otras posibilidades.
Todo banco tiene que confrontar datos de clientes con los originados por cambios en el mercado, tasas de interés, transacciones… En la actualidad, estas modificaciones se presentan incesantemente y se producen en fracciones de segundos. Es imperante responder a la misma velocidad. El problema no radica en los datos, sino en la disponibilidad de los sistemas para afrontar esta realidad. El primer paso para adaptarse y avanzar con mayor celeridad que la competencia es adoptar una solución que ofrezca la capacidad de dar esa respuesta.
La revolución recién empieza.