Para ganar un partido, ya no es suficiente el óptimo rendimiento de los jugadores. En los niveles más altos de competencia, una herramienta tecnológica innovadora puede marcar la diferencia y Big Data es la respuesta.
Los entrenadores se basan en datos y estadísticas para decidir futuras jugadas, formaciones y estrategias. En un equipo de básquet se necesita conocer cuál fue el jugador que más veces anotó desde una distancia larga y en uno de béisbol cuál es el jugador más veloz. Cuando el tiempo corre, la velocidad de reacción lo es todo. En deportes como la Fórmula 1 o el básquet, responder con rapidez es la clave.
Hoy, se ha alcanzado un nivel tecnológico impensado, a través del cual los entrenadores obtienen información valiosa que les permite definir el paso siguiente. Cada jugada es un nuevo dato. Cada anotación, también. Y este gran volumen de información generado a lo largo de un encuentro solo adquiere su verdadero valor al ser analizado. Y más aún cuando hablamos de hacerlo en tiempo real.
La tecnología ha desempeñado un rol fundamental en la forma de jugar a lo largo de la historia del deporte. Y la última tendencia es la introducción de las analíticas en tiempo real y el uso de analíticas móviles a lo largo del partido.