“Los juegos tienen ciertas mecánicas que hacen que los usuarios se comprometan y vuelvan por más. Hay personas que se pasan horas y horas jugando. La pregunta es, ¿cómo aplicar esto en una empresa?”, sostuvo Reuven Gorsht, Senior Director, Strategy, Global Pre-Sales at SAP.
La gamificación es una herramienta poderosa que está marcando terreno en el mundo de los negocios. Consiste en aplicar mecánicas de juego en otros entornos para generar ciertos comportamientos en los usuarios. Una forma ingeniosa y tecnológica de captar la atención de los empleados y clientes, aumentar su compromiso y desempeño, entrenarlos, educarlos, y la lista continúa.
Commonwealth Bank por ejemplo, lanzó una aplicación con el objetivo de mejorar la educación financiera de un millón de niños de Australia para 2015. Creó entonces un mundo virtual para que los niños aprendan a manejar sus finanzas: a través de personajes virtuales y un sistema de puntuación, transmite el valor del dinero, estimula el ahorro y permite desbloquear logros, como patinetas o boletos para ir al parque.
Pero esto no termina aquí. La app del banco australiano también está pensada para brindar confianza y seguridad a los adultos que quieren comprar una propiedad. Así, lanzó un simulador para informar a los usuarios que permite interactuar con las distintas variables del mercado.
Y esta tendencia, parece haber llegado para quedarse. Para 2015, el el 40% de las empresas de Global 1000 usarán gamificación según un artículo de Forbes. Tareas laborales que resultan repetitivas y poco estimulantes para los empleados se verán transformadas para generar un mayor nivel de productividad.
Por último, pero no menos importante, la gamificación tiene que estar diseñada en función de las estrategias y objetivos de negocio. De nada sirve generar más actividad si no se sabe cómo encauzarla hacia los resultados empresariales que se quieren alcanzar.