El concepto de Design Thinking está cada vez más presente en el mundo de los negocios. La idea de combinar la sensibilidad y la metodología de los diseñadores con los procesos empresariales abre oportunidades hasta ahora impensadas.
Sabemos que los clientes son cada día más exigentes y descubrir qué buscan no es tarea fácil. Y eso es lo que esta metodología de pensamiento de diseño viene a resolver.
Esta tendencia implica tener la capacidad de combinar eficientemente las partes creativa y racional, y no poner el foco en el objeto a diseñar sino en la potencialidad de este modo de pensar.
La pregunta es: ¿Cuáles son las bases para lograrlo?
– Poseer estas características (o adquirirlas): Curiosidad, capacidad de entendimiento y solución de problemas, y aptitudes para anticiparse a lo que vendrá.
– Trabajar en equipo: Se trata de un proceso grupal, y comienza por la empatía con el contexto como base para alcanzar buenas ideas que solucionen problemas concretos.
– Saber presentar: El modo de presentar estas soluciones es el armado de prototipos, desarrollados luego de un intensivo brainstorming.
Hoy la innovación es la clave de la diferenciación y de la generación de ventajas competitivas, necesaria para que las empresas desarrollen valor agregado para sus clientes y oportunidades de mercado para su negocio.
Siempre ha sido igual: en tiempos de cambio se necesitan ideas.
Design Thinking es la mejor forma de lograrlo.
Fuente: http://hbr.org/2008/06/design-thinking/