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La innovación ya no es solo cuestión de suerte

 

La casualidad fue la base de muchos inventos que han transformado nuestra vida cotidiana. Hubo descubrimientos en manos de personalidades que han quedado marcadas en el tiempo y que saltaron a la fama por cuestiones de azar. Pero con las oportunidades que ofrecen los nuevos avances tecnológicos, ¿por qué dejar todo librado a la suerte?

suerte

Hoy disponemos de herramientas analíticas en tiempo real y utilizarlas adecuadamente es un camino inteligente, rápido y seguro para convertir una corazonada en una innovación.

Te presentamos algunas historias de los descubrimientos más  sorprendentes. 

HORNO MICROONDAS

Un ingeniero norteamericano llamado Percy Spencer trabajaba en la construcción de un generador de ondas de radar cuando advirtió que la barra de chocolate que llevaba en el bolsillo se había derretido por completo. Esto fue el inicio para que, después de algunos experimentos con otros materiales, el científico obtuviera las primeras palomitas de maíz cocinadas en un microondas.

PENICILINA 

Había una vez un científico escocés llamado Alexander Fleming. Cuando se fue de vacaciones en 1928, se olvidó algunas latas con líquido y placas de Petri en su laboratorio. Cuando volvió, un moho no identificado había matado todas las bacterias. Así se inventó la penicilina, un invento que revolucionó la medicina.

TEFLÓN

Hace aproximadamente 80 años, le pidieron a Roy Plunkett que creara un nuevo refrigerante de clorofluorocarburo. Mientras trabajaba, una garrafa dejó de emitir gas y Plunkett vio que su superficie interior estaba cubierta por un material blanco parecido a la cera con una característica única: todo lo que intentaba adherirle, se caía. Así fue que se inventó el teflón, un material infaltable en todo espacio de cocina.

IMPRESORA DE CHORRO DE TINTA

Cuando los desarrolladores de Canon luchaban desesperadamente por crear una mejor tecnología xerográfica utilizando impresoras de chorro de tinta, un desarrollador anónimo dejó un soldador al lado de la punta de una lapicera recargable. En forma accidental, el soldador generó la fuerza suficiente para lanzar tinta desde el tubo y, por un tiempo, Canon fue el número uno en impresoras de chorro de tinta.

VIAGRA

En 1992, un grupo de científicos llevaba a cabo estudios con un fármaco llamado sildenafilo. Si bien no mostró ningún resultado positivo a la hora de prevenir y tratar enfermedades cardíacas, la mayoría de los participantes en el estudio se negaron a devolver sus píldoras luego de finalizado el estudio. Y fue por una buena razón: el sildenafilo tenía resultados positivos sobre otras partes del cuerpo. Así se inventó la famosa pastilla azul llamada viagra.

VASELINA

En 1859, el químico Robert Chesebrough decidió probar suerte en el sector del petróleo. Mientras los trabajadores se tomaban un descanso, Chesebrough encontró una sustancia viscosa que cubría las máquinas. Cuando la aplicaron sobre la abrasión de las máquinas por accidente, descubrieron que la sustancia tenía gran poder curativo. Diez años más tarde, Chesebrough comenzó a producir la primera vaselina pura llamada “Petroleumgallert”.

La suerte ha sido –y seguirá siendo- una vía muy eficaz para la innovación. Sin embargo, hoy contamos con herramientas que pueden acompañar a la suerte para innovar con más creatividad e inteligencia. Sino imagina la cantidad de inventos que habrían visto la luz si estos científicos hubiesen analizado sus descubrimientos en tiempo real.

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