Mientras más pequeña sea una compañía, menor es su grupo de trabajo, y sus recursos más limitados. Por eso, las PyMEs deben apelar a la creatividad y a la innovación para compensar esta desventaja y ganar así competitividad.
Aquí entra en juego el Design Thinking, una metodología abocada a hacer más fácil nuestro mundo y que no requiere de grandes recursos: solo se trata de pensar de manera distinta.
Si se fomenta el trabajo participativo y adaptamos el ambiente laboral al estilo de un workshop, se generan espacios para plantear los desafíos y posibilidades que tienen los equipos y llevar a cabo soluciones prácticas para cada sector.
Esta metodología es ideal para responder a las necesidades de los consumidores y diseñar productos especialmente pensados para ellos. Así, los pasos a seguir son:
- Definir las expectativas y principios del cliente: este es el principio de todo porque define el resto de los pasos, ya sea que se trate de un producto más estandarizado o uno más específico.
- Entender el contexto: crucial para el Design Thinking, porque permite saber cuáles son las oportunidades y ventajas para las PyMEs y, en base a ello, fijar objetivos.
- Diseñar el herramental: diseñar un conjunto de herramientas aclarará aun más el panorama para el equipo, que podrá contar con ellas y optimizar así el cumplimiento de las instancias.
- Diseñar la agenda y la duración: de esta manera obtendremos el panorama real de la situación. Si los plazos se cumplen en las fechas acordadas tenemos una buena señal de nuestro proceso.
- Trabajar en conjunto: el desempeño del equipo es crucial en todo momento. Esto no solo implica la división y desarrollo de los roles, sino también un trabajo de integración de todas las áreas. Las mejores ideas se piensan individualmente, pero los objetivos se plantean colectivamente.
El diseño no sólo significa una forma de optimizar el trabajo, sino de establecer una estrategia y trabajar estratégicamente. El Design Thinking permite anticiparnos a lo que busca el cliente, ese es su gran potencial. ¿Estás listo para aprovecharlo?