Adoptar nuevas tecnologías que modifiquen los procesos puede ser una gran oportunidad para mejorar las líneas de negocio de una empresa. Pero incorporarlas requiere de ciertas estrategias.
Geoffrey Moore es asesor de negocios y en su libro Crossing the Chasm: Marketing and Selling Disruptive Products to Mainstream Customers identificó cinco tipos de consumidores de tecnologías: los llamados techies, entusiastas e innovadores, los visionarios que abrazan tempranamente lo nuevo, los conservadores, que siguen al rebaño, y por último, los escépticos, que se niegan al cambio de manera rotunda.
De acuerdo al estudio de Moore, el ser más o menos reticente a la incorporación de nuevas tecnologías se relaciona con el status de la empresa y la estrategia empleada para el cambio.
Y si de tecnologías disruptivas hablamos, la computación in-memory es una de las grandes protagonistas que llegó para revolucionar el mundo de los negocios.
Esta tecnología puede transformar los procesos radicalmente y aumentar las posibilidades de que una compañía irrumpa en el mercado. Pero a su vez, es en parte conservadora porque tiene la capacidad de adaptarse a los estándares establecidos.
Para tomar la mejor decisión a la hora de dar este salto tecnológico presentamos tres estrategias:
1. Adelantarse a los competidores
Se trata de utilizar la computación in-memory para escuchar lo que los clientes están buscando y ser el primero en detectar nuevas tendencias y oportunidades. Así, es posible diferenciarse de la competencia y abrirse camino con una tecnología innovadora para mejorar el desempeño empresarial y anticipar la respuesta de los competidores por medio de un rediseño de la estrategia de marketing.
2. Adelantarse a mitigar el riesgo
Es la mejor estrategia para evitar problemas utilizando tecnología in-memory. Este camino permite pronosticar posibles fallas en los procesos y restablecer su ritmo. Incluso es posible simular alteraciones o pronosticar resultados en la medida en que se introduzcan nuevos productos.
3. Adelantarse para ser el más eficiente
Si lo que se busca es prosperar, con la utilización de computación in-memory es posible establecer una reingeniería y volver más eficientes las operaciones. La meta es conseguir un perfecto balance entre riesgo y beneficio, eliminando o racionalizando las tareas que generan menos valor.
Todos los caminos conducen a dar un paso adelante. La adopción de nuevas tecnologías debe ajustarse a las necesidades de cada empresa. Sobrepasar los obstáculos ya no es una opción: es la forma de acercarse al progreso. Y tú, ¿ya sabes qué estrategia te conviene?