Internet de las cosas llegó a nuestras casas. Los objetos cotidianos generan, almacenan, transmiten información, y se conectan entre sí para convertir al hogar en un lugar inteligente.
La tecnología Machine to Machine (M2M) está ganando terreno en las viviendas y modificando la experiencia de consumo: para 2021 se calcula que habrá de tres a seis dispositivos por persona, es decir, entre 24 y 50 mil millones de aparatos conectados.
¿Cómo se transforma el escenario con este fenómeno?
El intercambio de los datos almacenados en diferentes dispositivos está empezando a transformar nuestras prácticas diarias: las luces se apagan cuando no se usan porque el sistema de iluminación cuenta con la información de cuándo nos hemos ido y la cafetera puede recibir un mensaje desde el despertador para encenderse y tener el café listo a tiempo.
De igual manera el garaje se conecta con nuestro auto, en nuestro reloj o nuestros lentes podemos guardar la misma información que en nuestro Smartphone, y dispositivos como una balanza doméstica reportan a nuestros médicos para facilitar los cuidados de la salud.
Y eso no es todo.
La experiencia en casa continúa viviéndose fuera de ella. Nuestros hábitos de consumo se transforman en una gestión continua de datos y como resultado, la ciudad entera contiene una información que facilita el consumo de los ciudadanos, porque les ofrece información anticipadamente.
Las pequeñas y medianas empresas obtendrán las ventajas comparativas deseadas en la medida en que se adapten a los nuevos hábitos de consumo. La oportunidad no radica en los dispositivos únicamente sino en conocer los nuevos hábitos del consumidor.