Ese futuro lleno de tecnología y automatización que veíamos en las caricaturas y pensábamos inalcanzable, ya está aquí.
El Internet de las Cosas (IoT) nos está brindado una realidad nueva y conectada que hace años sólo se soñaba como ciencia ficción. Esta tercera ola del Internet ha alcanzado a más dispositivos u objetos que nunca y está transformando la forma en que las personas viven, trabajan, compran, se divierten… Es un cambio en todos los aspectos de la vida cotidiana.
En los años recientes, el IoT ha tenido una gran explosión debido a que los materiales de producción y conexión son cada vez más baratos y accesibles; como son sensores, procesadores, memorias e incluso el mismo Internet. De igual forma, las alianzas empresariales están abriendo nuevas posibilidades para crear productos, incluso servicios, que se conecten a la red para ofrecer ventajas al estilo de vida de sus usuarios.
El panorama del IoT, si bien puede ser tan amplio como se desee, actualmente se está enfocando a sectores donde existe un gran potencial para la conexión: hogares, ciudades, transportes, servicios de salud y servicios públicos.
Seguramente ya has tenido contacto con alguno de estos objetos. Entre los primeros que aparecieron y que cada vez son más comunes están los dispositivos para usar (wearable) como lentes, relojes, ropa, pulseras deportivas, y los dispositivos en automóviles (Bluetooth, GPS, WiFi, entre otros).
Para hogares existen electrodomésticos, luces, termostatos y calentadores de agua que se regulan según la configuración de cada usuario, por mencionar algunos. Incluso ya hay dispositivos conectados para procurar la salud, prevenir enfermedades y ofrecer recomendaciones saludables.
En cuanto a servicios públicos, la infraestructura urbana es la que determina estos recursos, como semáforos y luces inteligentes o estacionamientos automatizados.
Ante estos avances, las ciudades conectadas (aunque aún son proyectos ambiciosos) son un futuro no muy lejano que traerá grandes beneficios sociales, económicos y hasta ecológicos (la organización sin fines de lucro, The Climate Group calcula que al combinar lámparas LED para vías públicas con controles electrónicos, se puede reducir entre 50 y 70% las emisiones de CO2).
El panorama actual del IoT sólo es una muestra de lo que depara la innovación para los siguientes años. Y no tendremos que esperar mucho para ver nuevos objetos-dispositivos y mejor aún, adoptarlos como una herramienta cotidiana. Conforme las empresas creen nuevos objetos conectados, a precios competitivos que favorezcan su penetración en el mercado, se podrá entender mejor su potencial para mejorar la calidad de vida de los usuarios. De hecho, se estima que para 2020 existirán 28 billones de objetos conectados.
¿Acaso podemos hablar de una nueva revolución industrial-tecnológica? La realidad es que estamos viviendo el nacimiento de una nueva ola del Internet con un potencial incalculable, listo a comenzar su expansión para conectar personas, objetos, máquinas y ecosistemas urbanos.
¿Estás preparado para aprovechar el IoT en tu empresa?
Gráfico: Harvard Business Review