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5 claves para reducir el riesgo en los negocios

En una economía conectada y globalizada como en la que vivimos, ningún suceso está aislado del mundo; es el riesgo en los negocios. Los acontecimientos de un país tienen consecuencias en otros, por no decir en todos. Es un verdadero efecto dominó.

Ante un panorama tan complejo, no es de sorprenderse que en cualquier momento pudiera ocurrir una serie de eventos desafortunados que desequilibren el mercado y pongan en riesgo las actividades empresariales. Desde desastres naturales y conflictos bélicos, hasta catástrofes financieras, los eventos que podrían afectar al mercado son muchos y variados.

Esto puede afectar a toda la economía. Por ello, las grandes corporaciones han invertido tiempo y recursos para desarrollar una administración de riesgos adecuada, proactiva y reactiva. Sin embargo, no sólo las empresas de gran renombre deberían atender este panorama.

Los negocios pequeños y medianos (de los cuales se puede pensar que sólo enfrentan la posibilidad de accidentes laborales, robo o incendio) también necesitan contar con un plan de acción que los ayude a prever contingencias que ponga en peligro su actividad y hasta su permanencia. Sobre todo cuando en México, ocho de cada diez PyMES cierran antes de alcanzar su segundo año de operación y en muchos casos la principal causa es la falta de preparación o de previsión.

Para realizar una gestión del riesgo en los negocios, ten en consideración estas cinco recomendaciones clave para reducir el riesgo de tu negocio:

1. Elimina las fuentes innecesarias de riesgo. Identifica y enfócate en los aspectos críticos de tu negocio y si es posible, erradícalos.

2. Diversifica tu portafolio. Los negocios que confían en un solo producto son vulnerables a los cambios en las preferencias de los clientes; así mismo confiar en el gusto incondicional de un nicho expone al negocio a una concentración del riesgo. La diversificación en términos de productos, clientes y mercados geográficos reduce el riesgo de depender una fuente de ingreso.

3. Generan uno o varios planes de contingencia para los principales riesgos. Una vez que hayas prescindido de los puntos débiles o negativos, vislumbra qué situaciones de riesgo podrían presentarse, detectar oportunamente los factores internos y externos que afectan a la compañía y ten un plan de acción para cada caso. Por ejemplo, para prevenir fraudes, realiza balances que aseguren tus inversiones.

4. Monitorea constantemente tus operaciones para determinar qué medidas funcionan y qué otra se pueden implementar. Utiliza herramientas automatizadas para detectar situaciones de riego a tiempo para actuar, controlarlas e incluso prevenirlas.

5. Establece tu plan ante el fracaso. Define uno o dos escenarios pesimistas que podría enfrentar tu empresa y considera cómo protegerías tu inversión y marca, cómo enfrentarías la pérdida del capital invertido y cómo procederías para renovar tu negocio, cambiarlo o incluso cerrarlo.

Lo importante es que encuentres una estrategia para manejar las amenazas del mercado y de la misma cotidianeidad, que te permita reducir el impacto negativo, eliminarlo si es posible, o incluso obtener las mejores oportunidades de él. Ponte en acción y comienza a hacer tu propio plan de riesgo; nunca sabrás cuando lo necesitarás.

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