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La nueva era de la democracia digital en América Latina

Mientras asistía al más grande evento de negocios y tecnología de América Latina, celebrado la semana pasada en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, me detuve a reflexionar sobre la transformación que está presentándose a nuestro alrededor.

Hoy en día, además de ser individuos, somos miembros de vastas redes interconectadas y hacemos parte integral del cambio que el mundo está experimentando en términos políticos, económicos y sociales.

Tomemos el caso de la digitalización que transforma la realidad económica de regiones enteras. En Brasil, por ejemplo, el 21% del PIB se asocia a la economía digital, quedando bastante rezagado respecto de las primeras economías del planeta (entre 30 y 35% tanto en Estados Unidos como en Europa). Lo anterior significa que, para que la economía del gigante suramericano alcance el mismo nivel que hoy ostentan las referidas potencias económicas, deberá crecer mínimo 50%  en dicho rubro.

En mi opinión, los avances que logre cada empresa brasileña en el campo digital habrán de mejorar la vida misma de todos los ciudadanos del país y esto, a su vez, habrá de repercutir en la situación global de la nación, contribuyendo decididamente a su recuperación económica. Tomemos el ejemplo de Stara, fabricante brasileño de tractores y maquinaria agrícola. Durante la última década, dicha compañía ha venido trabajando con agricultores, cooperativas e instituciones universitarias en el desarrollo del más influyente proyecto de agricultura de precisión en Suramérica. El aludido proyecto, denominado Aquarius, habrá de patentizar una nueva era caracterizada por prácticas de agricultura sostenible que reducirán el desperdicio y minimizarán el impacto ambiental, gracias a la implementación de tecnologías tales como el llamado “Internet de las cosas” (Internet of Things – IoT) y los análisis de datos en tiempo real.

Stara ejemplifica las empresas de mediano tamaño que se están transformando a sí mismas, pasando en este caso de ser una fábrica de maquinaria a ser una empresa enfocada en la maximización de la producción de sus clientes específicos, los agricultores. Mediante el empleo de sofisticadas tecnologías, la firma en cuestión ha dado un paso enorme en su progreso, posicionándose como un competidor de respeto entre los más importantes proveedores de la industria mundial de maquinaria agrícola.

Una oportunidad para todos

Lo más bello de la tecnología es que conlleva las mismas oportunidades para todos. La inherente democratización de los mercados ha nivelado el campo de juego corporativo como nunca antes, abriendo nuevas posibilidades y originando cambios paradigmáticos que han venido revolucionando la manera cómo hacemos negocios, incidiendo en la vida de todas las personas del planeta y promoviendo el crecimiento económico de formas jamás conocidas hasta la fecha.

El ejemplo de Stara tiene una particular relevancia para la región latinoamericana, donde las pequeñas y medianas empresas representan la columna vertebral de la economía regional. Las empresas de pequeña envergadura acaparan casi el 99% de todo el panorama empresarial de Brasil y contribuyen con el 25% del PIB del gigante suramericano. Aunque este tipo de empresas debe afrontar múltiples desafíos para sobrevivir en un mercado congestionado, en cierto sentido disfrutan una enorme ventaja sobre sus similares de mayor tamaño, dado que el 90% de las pequeñas empresas comienza su transformación digital en el entorno de la computación en la nube. Tanto los emprendimientos como los pequeños empresarios se ven así libres de todo el peso que acarrea la transformación y reemplazo de los sistemas de legado que venían usándose tradicionalmente a escala empresarial hasta hace tan solo una década.

Trascendiendo los modelos antiguos

Es imposible satisfacer todas las necesidades de carácter social y empresarial de manera simultánea. Por lo tanto, en mi condición de Presidente Regional de SAP América Latina y El Caribe, me veo en la necesidad de establecer prioridades. Mi atención se centrará entonces en tres aspectos que ayudarán indudablemente a promover la transformación digital y el crecimiento económico dentro de la región.

La educación constituye mi primera prioridad. Deberemos equipar a los jóvenes con las herramientas y las habilidades apropiadas para garantizar la sostenibilidad de nuestra futura fuerza laboral. En segundo lugar, deberemos brindar apoyo a los empresarios, de todas las maneras que nos fueren posibles, proporcionándoles los conocimientos, la tecnología y la infraestructura que les permitan convertirse en motores de la economía. Y, en tercer lugar, deberemos propiciar avances en los sistemas de salud pública, pues estos inciden en la vida de cada persona que hace parte de nuestra sociedad. Si apoyamos la transformación digital en las áreas de la educación, el emprendimiento y la salud, no solo estaremos promoviendo el crecimiento económico, sino también asumiendo nuestra cuota de responsabilidad por el impacto social que generemos.

La transformación digital no es un concepto atribuible a visiones futuristas, sino un aspecto más de nuestra vida actual. Por consiguiente, me siento privilegiado al poder ayudar a las empresas latinoamericanas a transformarse, ayudándoles a reinventarse y trascender los viejos paradigmas y obsoletos modelos de negocios, para así convertirse en verdaderos factores revolucionarios en la era digital.

Claudio Muruzábal es el actual Presidente de SAP América Latina y El Caribe.