Los pronósticos económicos para el próximo año señalan que la economía argentina podría crecer y mostrar una variación positiva de entre 3% y 4% del producto bruto interno (PBI). Esto ocurre mientras continúan los esfuerzos por conseguir más inversiones que ayuden a reactivar los distintos sectores productivos de la industria local y así generar nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, no existe una linealidad absoluta entre el crecimiento del PBI y la generación de empleo.
Lo que sí está demostrado es que las start-ups, al menos en sus primeros años de vida, contribuyen directamente a la creación de puestos de trabajo verdaderos. Según datos del Reporte Nacional de Empleo de los Estados Unidos, las pequeñas empresas con hasta 49 empleados generaron más de 52.000 nuevos puestos entre mayo y junio de este año y contribuyeron a impulsar el 30% de los empleos del país en ese período.
Fomentar la creación de empresas es una forma directa para resolver los problemas del empleo y la construcción a mediano plazo y de fomentar focos de atención para inversores de riesgo, interesados en una o en varias de las etapas del proyecto.
Para dar comienzo a una nueva empresa hay que tener una idea, construir un modelo de negocio y ponerla a andar, con un fuerte componente de ensayo y error. No son necesarias inversiones iniciales millonarias: Facebook comenzó con 1.000 dólares y hoy factura más de US$17.928 millones. En Argentina, un caso emblemático es MercadoLibre, una empresa de base tecnológica que emplea más de 3.500 personas y tiene sus oficinas centrales en el país.
Los ejemplos no son casualidad. Los emprendimientos de base tecnológica permiten, además de abrir nuevos empleos, crear valor agregado dentro de la nueva economía digital, con un producto o servicio que genera ingresos desde el exterior del país o suma competitividad a empresas que están en él.
Recientemente, SAP presentó en la Argentina el programa Startup Focus para impulsar emprendimientos de base tecnológica enfocados en big data y análisis de datos. La respuesta fue asombrosa. Ya estamos conversando con emprendedores, analizando sus proyectos y viendo cómo podemos ayudarlos a crecer y escalar.
Argentina necesita incentivar el espíritu emprendedor y creativo con visión de negocios. Incrementar el número de patentes en el registro de la propiedad intelectual debería ser una métrica del funcionamiento del país, porque es un excelente indicador de cómo marcha la vida de la gente hoy, pero más de cómo será mañana. Las patentes registradas por Argentina en 2014 fueron 509, frente a las 285.096 de Estados Unidos o las más de 4.600 de Brasil.
Con el espíritu emprendedor solo no alcanza. Tampoco es una cuestión excluyente de los millennials. Muchos de los nuevos emprendimientos que vemos en el ecosistema de negocios proviene de los perfiles más diversos y hasta de los menos pensados. Es que, justamente, emprender implicar comenzar una obra, algo nuevo. Es abrir las puertas a un mundo de oportunidades. Es un camino para crecer.