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Las tareas cambiarán, pero el trabajo siempre estará ahí

In te li gen cia: un atributo que se asocia a menudo a los humanos pero que no es de nuestro dominio exclusivo. Hoy, también se aplica a máquinas y dispositivos en lo que se conoce como inteligencia artificial, o IA, un concepto que avanza, se consolida como una revolución que transforma la forma de hacer negocios y de vivir y, al mismo tiempo, genera un debate sobre cuál será su impacto.

Una de las áreas que más preocupa es la del empleo: todos hemos escuchado predicciones sobre cómo las máquinas y la automatización desplazarán a los trabajadores. Quiero considerar un ángulo diferente: lo que enfrentamos es, en realidad, una evolución del trabajo que ofrece una oportunidad extraordinaria de aplicar nuestras capacidades únicas y humanas.

La mayoría estará de acuerdo en que, históricamente, la sociedad ha demostrado su habilidad para innovar, basada en la creatividad, el ingenio y el deseo de ser más productiva y eficiente. Al mismo tiempo, nuestra capacidad de adaptación ha llevado a descubrir nuevas formas de vida y de trabajo. Por ejemplo, la energía eléctrica es, en estos días, natural. Sin embargo, fue un misterio hasta fines del siglo XIX, cuando comenzó a producirse un mayor progreso en materia de ingeniería eléctrica. Así, la electricidad se convirtió en la fuerza motriz de la Segunda Revolución Industrial y en parte esencial de la vida moderna.

En esta era digital, nuestras capacidades para innovar y adaptarnos aumentan de la mano del crecimiento exponencial de la tecnología. El vértigo al que se produce el cambio es implacable, es cierto, pero también abre posibilidades ilimitadas para que apliquemos nuestra inteligencia humana.

Si examinamos el avance de la tecnología en los últimos 60 años y cómo ha impactado la productividad, pasando de la automatización industrial y de procesos comerciales a la transformación digital y a la empresa inteligente de hoy en día, observamos que cuando las nuevas tecnologías permiten que los humanos dejen de realizar tareas repetitivas, surge un nuevo conjunto de actividades de mayor valor y complejidad.

Los sistemas inteligentes impulsan la automatización de los procesos de negocios y liberan tiempo para que ejercitemos esa inteligencia humana crítica. La combinación de estos dos mundos permite a las organizaciones transformarse en empresas inteligentes y alcanzar mayores niveles de productividad, competitividad y crecimiento.

¿Qué significa esto pensando en el futuro cercano del trabajo? Gran parte de nuestra fuerza laboral actual no está preparada para esta naturaleza cambiante y esta necesidad de aportar mayor valor. Por eso, necesitamos transformar urgentemente la forma en que educamos a nuestros jóvenes y capacitamos a nuestros empleados.

Para seguir siendo relevantes y competitivas, las organizaciones y las empresas deben proporcionar formación continua en habilidades y enseñar a sus colaboradores a adaptarse y adoptar el aprendizaje permanente. Es importante que sigamos centrándonos en cerrar la brecha educativa e inspirando a los jóvenes a adquirir conocimientos impulsados por la tecnología, como la codificación, y habilidades blandas como el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la flexibilidad y la resiliencia, imprescindibles para que la próxima generación de capital humano pueda aportar el máximo valor.

Recientemente formé parte de un panel organizado por el Consejo de las Américas y Junior Achievement Americas sobre la preparación de la fuerza del trabajo del futuro en Latinoamérica. Discutimos cómo una parte significativa de la juventud de la región carece de posibilidades de encontrar un trabajo digno y participar de una economía cada vez más competitiva, basada en la información y globalizada. Según el World Fund, este desajuste suprime el crecimiento económico y perpetúa el sistema que divide ricos y pobres. Por eso, debemos enfatizar en la educación STEM (siglas en inglés para ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) y en el desarrollo de las habilidades tecnológicas. Afortunadamente, existen programas que abordan esta necesidad, como EmpleaTECH, en el que Junior Achievement Americas y el Banco Interamericano de Desarrollo se asocian con SAP y Manpower para implementar una iniciativa multianual que promueve la alfabetización digital y estimula la innovación entre jóvenes vulnerables en Guatemala, El Salvador y República Dominicana. Esta asociación tiene como objetivo capacitar a 2.400 estudiantes en el transcurso de tres años para asegurarles un trabajo en el ecosistema de SAP o para que puedan convertirse en trabajadores por cuenta propia en el segmento de tecnología.

Tenemos la responsabilidad de influir en los cambios positivos para el futuro y contribuir a crear un impacto duradero.

Así, aunque las tareas cambien, el trabajo siempre estará allí. ¡Es el momento de prepararse y abrazar las emocionantes oportunidades que tenemos por delante!