Vivimos en un mundo globalizado en el que la abundancia de información y la inmediatez son las claves de cualquier proceso de toma de decisiones. Sin embargo, mantener la atención de las personas es una tarea monumental. En un entorno de flujos de noticias incesantes, múltiples cuentas de redes sociales que la gente sigue y marketing personalizado, hay excesiva información para consumir. En esta realidad apabullante, en la que nuestra atención es básicamente mercantilizada, operamos en la “economía de la atención”, que es una de las muchas “nuevas economías” que han surgido en los últimos años.
Otras economías incluyen la economía Gig, la economía circular, la economía digital, la economía inteligente y, últimamente, la economía de la experiencia. La variedad y las particularidades de cada una plantean desafíos tanto para los economistas como para las empresas sobre cómo comprender, medir y operar con éxito dentro y a través de estas economías.
Según el Diccionario Webster, la economía se refiere a “la estructura o las condiciones relacionadas con la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios en un país, área o período”. Todas estas nuevas economías influyen en diferentes aspectos de la vida y las empresas. Sin embargo, todas ellas tienen un denominador común: la innovación tecnológica.
Tomemos como ejemplo la economía Gig. No es ningún secreto que la forma en que trabajamos ha cambiado. Los Millennials y la Generación Z han crecido en un mundo que pone al móvil en primer lugar, por lo que trabajar en forma móvil, incluso desde un bar, es algo natural para ellos. Esta cohorte prefiere la economía Gig porque pueden administrar su propio horario como trabajadores independientes, en lugar de funcionar dentro de los límites de un trabajo tradicional de oficina de 9 a 5. La tecnología ha permitido esta tendencia; ayuda a las personas a encontrar trabajo y les permite completar sus tareas de forma remota. Además, las nuevas aplicaciones ayudan a conectar a las empresas con los trabajadores, lo cual facilita el proceso de selección, contratación y remuneración.
Del mismo modo, la Economía Circular surgió a partir de un enfoque más consciente socialmente con el objetivo de prevenir y gestionar los desechos para reducir, reutilizar y reciclar lo que producimos y minimizar nuestro impacto a largo plazo en el mundo. Y una vez más, la tecnología apuntala muchos objetivos de sostenibilidad. Por ejemplo, para abordar el problema de los desechos plásticos y reemplazar los envases de único uso para el año 2025, las empresas confían en la tecnología analítica y machine learning. A través de una plataforma que recopila datos en toda la cadena de suministro global, pueden compartir información en tiempo real y tomar decisiones informadas para enfrentar el desafío. Otras empresas recurren a la inteligencia artificial y a los robots para la recolección automatizada de desechos.
En última instancia, ya se trate de utilizar nuevas tecnologías para permitir un trabajo flexible o reducir el impacto ambiental, todo lo que hacemos tiene como resultado una experiencia. Como consumidores con días de tan solo 24 horas y períodos de atención limitados, exigimos experiencias que valgan nuestro tiempo, atención y dinero. Es por eso que todos somos parte de la Economía de la Experiencia. Como dice un artículo reciente de Harvard Business Review, “todas las compañías en el futuro necesitarán pensar y actuar como artistas o animadores”.
Para el progreso tanto de empresas como de empleados, la tecnología es el gran diferenciador. Con los nuevos modelos y soluciones digitales, las marcas pueden escuchar mejor a los consumidores, contratar empleados de manera más efectiva e incluso implementar inteligencia artificial para agilizar los procesos. Al utilizar la tecnología para acercarse a los clientes, las empresas pueden obtener información más precisa sobre lo que los consumidores realmente quieren o necesitan, mientras que los consumidores pueden tener interacciones más significativas con el contenido y las marcas que les interesan. Los que brinden las mejores experiencias son los que mantendrán la atención de las personas y, en última instancia, triunfarán.
En un mundo de muchas economías… ¡la tecnología sirve para capacitar, conectar y captar la atención!
Claudio Muruzabal es Presidente de SAP Latinoamérica y el Caribe
Una versión de este blog apareció originalmente en LinkedIn.