Por Meva Su Duran, Líder de la Industria de Energía y Recursos Naturales, SAP Latinoamérica y Caribe
Como ocurrió en numerosas industrias, la irrupción del COVID-19 en la escena internacional agitó las ya desafiantes aguas del segmento del petróleo y gas. Un mercado que históricamente estuvo muy regulado y fue en extremo competitivo suma ahora nuevos retos que van desde restricciones de circulación en numerosos países, lo que produce una disminución del consumo y una estresante puja de precios a nivel global: el precio del crudo llegó por estos días a su nivel más bajo desde 2002.
Las empresas del sector parecen tener un único camino: ser lo más eficientes y ágiles que sea posible al tiempo que reimaginan sus negocios y evalúan nuevos modelos colaborativos. En ese sentido, desde fines de 2017 SAP y Accenture conformaron un consorcio –del que participan siete compañías del sector: Shell, Chevron, BP, ConocoPhillips, Apache, Devon y Equinor, más otras 25 que actúan como supervisoras- para desarrollar estándares de mercado para una solución específica para Petróleo y Gas sobre la nube que pueda ser usada por empresas de todo el mundo. Este consorcio decidió comenzar por el área de Exploración y Producción y ya tenemos esta solución disponible también en América Latina. La capacidad de colaboración es una de las fortalezas más grandes que proveen las nuevas tecnologías y puede ser aprovechada incluso por organizaciones que compiten entre sí para generar mejores condiciones de negocios para todos. El bien común por sobre los intereses particulares.
El mundo del petróleo y el gas reúne características especiales para que esto funcione: por la propia naturaleza del negocio, las compañías del sector suelen reunirse en consorcios conjuntos, comparten un enorme número de proveedores, sufren las mismas ineficiencias de costos y tienen las mismas restricciones en el uso de recursos. Se estima que un 85% de la gestión de una petrolera o gasífera no se diferencia de lo que ocurre en sus pares y que es solo un 15% lo que puede hacer que una se destaque y lidere en el mercado.
Tras ese 15% fue en México Grupo R. La organización brindaba servicios a Pemex como ingeniería, construcción y tecnología de perforación para proyectos en tierra y en alta mar. Con la desregulación del mercado en ese país tras la reforma energética, que abrió la inversión a empresas globales, la compañía incorporó nuevos clientes como Shell México y Hokchi Energy. Con este potencial de crecimiento en sus manos, Grupo R decidió apostar a la tecnología para destacarse y ganar competitividad. Eligió SAP S/HANA para ganar seguridad, capacidad de estandarización y optimización de procesos, SAP Analytics Cloud y SAP Digital Boardroom para obtener información comercial integral en tiempo real, habilidades móviles para acelerar aprobaciones, SAP SuccessFactors para la gestión de capital humano y soluciones de internet de las cosas (IoT) para, por ejemplo, analizar en tiempo real lo que sucede en plataformas de perforación en alta mar. Para participar de la manera más eficiente posible en los procesos de licitación, Grupo R utiliza SAP Sales Cloud Solution.
Otra grande que apuesta a la tecnología es Atem Distribuidora, una de las 10 distribuidoras de gas y petróleo más importantes de Brasil. La empresa tiene un plan agresivo de crecimiento hacia otras regiones del país y adopta SAP S/4HANA Cloud para apoyar su estrategia de transformación, apoyar sus procesos clave, incrementar su productividad y reducir sus costos operacionales.
YPF S.A. – Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Argentina también invierte en tecnología y adopta SAP SuccessFactors para empoderar a sus empleados automatizando procesos y manejando sus interacciones.
De igual manera la compañía líder de estaciones de servicio, distribuidora de gasolina y gas natural de Colombia, Organización Terpel, simplifica sus procesos de recursos humanos con SAP SuccessFactors para manejar eficientemente su personal de más de 1.400 empleados.
Con la evolución de la pandemia, las empresas pueden estar pasando por situaciones complejas como interrupciones en la cadena de suministro, pérdida de productividad debido a la falta de disponibilidad de mano de obra o materiales, disminución en las ventas, o falta de flujo de caja entre otros temas. La falta de liquidez de efectivo es una dificultad a corto plazo, pero las organizaciones ya están mirando lo que pueden hacer a mediano y a largo plazo con el acceso a la tecnología: realinear objetivos, estabilizar y optimizar sus cadenas de suministro, aprovechar los paros de producción para anticipar mantenimientos, proyectar y simular escenarios alternativos de ventas, etc.
La pandemia de coronavirus dejó en evidencia que la colaboración y la solidaridad son herramientas fundamentales cuando todo lo demás falla. Tal vez, esta noción se constituya en una lección aprendida que la industria del petróleo y el gas puede capitalizar para seguir construyendo su futuro.