Por: Guillermo Brinkmann – Presidente de la Región Norte de América Latina y el Caribe SAP
El mundo está atravesando un momento sin precedentes producto de la pandemia provocada por el Covid-19, la cual modificó en semanas nuestra vida cotidiana forzando masivamente algunas prácticas, como la distancia social, la extrema higiene, el e-commerce, las reuniones virtuales y el teletrabajo, por mencionar solo algunas.
Si bien es difícil predecir cuándo, en algún momento volveremos a nuestra vida cotidiana normal, o mejor dicho a un ‘nuevo normal’ ya que lo vivido dará inicio a cambios profundos en varios aspectos de la sociedad. Aún cuando es muy temprano para determinar exactamente cuáles serán las transformaciones y la magnitud de las mismas, sí podemos inferir que algunas surgirán a partir de decisiones individuales y personales producto de reflexiones del propio comportamiento de los individuos pre y post COVID-19, mientras otros cambios serán producto de regulaciones gubernamentales y de políticas empresariales a partir de las experiencias vividas durante este período de cuarentena.
En esta oportunidad quisiera detenerme en el Teletrabajo, un tema para nada nuevo, del cual se viene hablando hace años, pero que producto de su uso forzado sacó a la luz grandes deficiencias, falta de preparación en varias empresas y un serio cuestionamiento de los procesos de transformación digital.
Hace más de una década que el modo de trabajar comenzó a cambiar en el mundo en aquellas actividades que no necesitan de la presencia física en sitio por parte de los empleados. Pero aun cuando resulta muy fácil de visualizar el valor que tiene la tecnología para crear nuevos esquemas de trabajo, mejoras en la productividad, mayor eficiencia, ahorro en costos operacionales y la calidad de vida de los trabajadores, su adopción sigue siendo muy baja. Esto sin mencionar el impacto positivo que genera para tener ciudades más sostenibles.
Por fortuna, en Colombia esta es una temática que toma cada vez más relevancia, ya que la adopción del Teletrabajo en el país, comparada con otros países de América Latina, es notablemente baja.
De acuerdo con el estudio de penetración de teletrabajo realizado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, el número de teletrabajadores en el país se ha incrementado en más de 385% en los últimos años, al pasar de 31.500 en 2012, a más de 122.000 en 2018. Sin embargo, aún resulta muy bajo comparado proporcionalmente con los 2 millones de teletrabajadores que tiene Argentina y los 500 mil que hay en Chile. Brasil es el país de América Latina con más empleados trabajando de manera remota, con 12 millones de personas que realizan sus actividades diarias desde sus hogares.
El Teletrabajo requiere no solo la capacidad de establecer reuniones virtuales, acceso remoto a email y sistemas de gestión, sino también un real replanteo de los procesos de negocio. Es el momento de repensar, rediseñar y hasta incluso reinventar procesos y modelos de las organizaciones para hacer frente a un ‘nuevo normal’ que pondrá a prueba a todas las empresas en todas las industrias.
Muchas compañías han venido postergando tomar por las astas la transformación digital de sus empresas, así comenzar a transitar el cambio hacia una corporación inteligente. El argumento es una baja vinculación tecnológica con su operación la falta de tiempo o que existen otras necesidades prioritarias. Lo que queda claro es que este momento tan particular que estamos viviendo ha sacado a la luz la necesidad de cambiar el tablero de prioridades.
Si un tema como el Teletrabajo, que a priori se ve sencillo, ha sido un dolor de cabeza para muchas empresas en estas últimas semanas, ¿qué queda entonces para los desafíos que vienen por delante en esta nueva realidad empresarial?
Es un llamado a la acción para aquellos líderes que aún no han comenzado el camino de transformación de sus organizaciones y para aquellos que lo han iniciado de forma parcial.
Hoy en día ya están disponibles en el mercado plataformas que permiten gestionar remotamente las actividades de los colaboradores. Desde soluciones en la nube que gestionan el desarrollo del capital humano, tanto su talento como su rendimiento, como para gestión del gasto, el manejo de la experiencia de los clientes, proveedores, marcas y productos, cadena de abastecimiento y mucho más.
La eficiencia, la movilidad y la flexibilidad están inspirando a las corporaciones a replantearse qué tan efectivos son los esquemas de trabajo actuales y cómo aprovechar mejor al talento multigeneracional. En el contexto actual, el bienestar y compromiso con el negocio se han vuelto elementos decisivos en la satisfacción personal y en el éxito profesional de los colaboradores. Sin duda, esto se traduce en una oportunidad de mejora de la productividad y la gestión operativa de las compañías que tienen como gran reto evolucionar para ser empresas realmente inteligentes en el mercado.
Originalmente publicado en Portafolio.co