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Por: Francisco Rojo, Regional Consulting Head de SAP Digital Supply Chain y Javier Baltazar, SAP Fiori Product Expert de IDG Consultant

El tradicional enfoque de la gestión de la cadena de suministro como una actividad operativa pierde sentido en la economía digital: la automatización no solo es una oportunidad sin precedentes para llevar estas tareas al plano estratégico, alinearlas con las necesidades del negocio para favorecer la toma de decisiones e incrementar la competitividad, sino también para revalorizar el rol del talento humano.

En particular, existen al menos cinco puntos clave para automatizar y avanzar sobre la transformación digital de la cadena de suministro:

  1. Automatización en el aprovisionamiento. Un foco de actividades manuales, repetitivas, de bajo valor agregado y muy sensibles de errores. Operadores humanos que dedicaban horas a, por ejemplo, validar precios y comparar precios de proveedores. Soluciones como SAP Intelligent Robotic Process Automation como las herramientas analíticas incorporadas en SAP S/4HANA permiten optimizar esta tarea, de forma de obtener información de altísima calidad en tiempo real. Así, se libera a los colaboradores para que puedan hacer valer sus capacidades humanas y, por ejemplo, mejorar las negociaciones.
  2. Automatización en la producción. La tecnología es una aliada clave para generar pronósticos para aprovechar los recursos disponibles de forma tal de producir en el momento exacto y en las cantidades exactas. La pandemia demostró la importancia de tener un buen plan en este sentido: una época de incertidumbre en la que, de acuerdo al segmento de mercado del que se tratase, hubo picos de demanda muy grandes (como ocurrió con los productos de primera necesidad, como alimentos o artículos de farmacia) y caídas extremadamente notorias (automóviles). Herramientas como SAP IBP (Integrated Business Planning) aprovechan de tecnologías como blockchain, big data, machine learning o internet de las cosas (IoT) para capturar información tanto interna (datos históricos, proyecciones clásicas) como externa (la pandemia misma, cambios bruscos en la demanda o en las características de los consumidores) y pronosticar con la máxima precisión.
  3. Automatización en la logística. Implica encontrar la manera de hacer que la mercadería llegue al cliente de la manera más eficiente. ¿Es suficiente la capacidad productiva de la actual planta? ¿Conviene montar un centro de distribución general? Cuando surgen dudas de negocios de semejante magnitud, cuya decisión está asociada a una inversión muy grande, aparece el concepto de “gemelo digital” (digital twin): una réplica virtual de toda la cadena de distribución, como si fuera un videojuego o un mundo alternativo, que permite simular el comportamiento de su “gemelo” físico. Así, es posible monitorearlo de extremo a extremo, analizar cómo reaccionaría ante el cambio planificado y luego, con el aprendizaje obtenido, realizar las inversiones con bajo riesgo.
  4. Automatización en el almacenaje. Aquí la tecnología ocupa su papel más visible: dispositivos de carga capaces de determinar cuál es el mejor lugar para almacenar un artículo o cómo moverlo, sistemas de clasificación de productos para acelerar la llegada de la mercancía al cliente, automated guided vehicles y robots que acompañan a los seres humanos para evitar que carguen bultos de manera manual y así eviten la fatiga y minimicen los riesgos de accidente… Cuando se alcanza el flujo completo de automatización, la realidad toma connotaciones propias de la ciencia ficción: un producto entra al centro de distribución y se mueve a través de robots hasta llegar de manera directa y sin ningún tipo de intervención humana hasta el camión que lo depositará en casa del cliente.
  5. Automatización del transporte. En este punto, el desafío es que el producto llegue de manera segura y eficiente, con costos controlados y cuidando el medio ambiente. La lógica de automatización en este caso se basa en generar ruteos inteligentes de los vehículos para ahorrar tiempo, utilizar la mínima cantidad de camiones y evitar atascos de tránsito. En el futuro se irán consolidando los vehículos autónomos, por tierra (camiones) o por aire (drones), con la habilidad de llevar puerta a puerta los productos.

En una cadena de suministro automatizada la sinergia es absoluta: las máquinas se quedan con las actividades repetitivas, pesadas o riesgosas y los humanos se dedican a las tareas estratégicas y de mayor valor agregado: las personas no mueven más productos y, a cambio, se ocupan de planificar qué resultado da al negocio ese movimiento. La industria 4.0 y el trabajo 4.0 se estrechan la mano para que todas las partes obtengan beneficios contundentes y enriquecedores.