Hoy en día es común escuchar que las competencias llamadas soft o competencias blandas son cada vez más importantes para ser exitoso, tanto en el entorno profesional como personal.
Ser un profesional experto en un tema e industria específica y tener un conocimiento en un campo determinado, es conocido como competencias ¨hard¨ o competencias duras, pero actualmente no son suficientes, ni son lo único o más importante que buscan las organizaciones. Si bien, mantenerse actualizado con las últimas tendencias de la industria o los avances del campo en el que trabajamos y somos expertos es una necesidad imperativa para mantenerse relevante, esto por sí sólo no es suficiente, para crecer en una organización.
Mantener las competencias duras es un trabajo diario y dado el entorno de cambio en el que vivimos, seguir estudiando y estar actualizado es fundamental. Esto debe ser parte de nuestra rutina diaria y además, debe hacer nuestra vida más interesante- ojalá sea algo que nos apasione también. Pero esta disciplina es relativamente fácil, pues realmente implica tomar la decisión de aprender cada día y de cada persona con la que interactuamos, y claramente también dedicar un tiempo a dicho aprendizaje.
Sin embargo, potenciar las habilidades blandas es mucho menos estructurado y requiere un esfuerzo adicional de nosotros como personas. Este ejercicio requiere que definamos cuáles son aquellas habilidades que queremos potenciar y que definamos una estrategia para hacerlo. Leyendo acerca de las habilidades blandas, encontré un listado extenso de ellas: el liderazgo, la creatividad, el pensamiento crítico, el autoconocimiento, la empatía, la inteligencia emocional y muchas más. Todos tenemos en mayor o menor grado dichas habilidades, pero es clave identificar aquellas en las que tenemos oportunidades de mejora y definamos para estas un plan de trabajo que nos permita tener las actitudes requeridas, para estructurarlas como un hábito.
A efectos de esta reflexión quisiera compartir mi experiencia con una de estas habilidades que es la capacidad de escucha con empatía. Todos sabemos que los equipos más exitosos son aquellos que pueden colaborar abiertamente en pro de un objetivo común. En estos equipos las personas realmente se interesan por escuchar las ideas del otro y todas las ideas son respetadas y analizadas, estos equipos no sufren de ceguera voluntaria y no huyen del conflicto, es posible estar en desacuerdo y se elige la honestidad por encima de la comodidad, porque el conflicto es manejado con respeto.
Ya sea en las organizaciones o en la familia como organización, es en ocasiones más fácil mantenerse en un estado de comodidad y no recurrir a la honestidad por miedo a evitar el conflicto o a no ser escuchados. Entonces la mejor manera de promover la honestidad en nuestros equipos es generando un entorno de escucha con empatía, que permita que todos sus miembros puedan expresar lo que piensan/sienten y no eviten el conflicto. Es importante que el conflicto sea visto como un elemento de construcción, que se maneja con respeto y no como un elemento destructivo, ya que puede ser inmensamente útil para construir un entendimiento común de la realidad y evitar la trampa de escuchar lo que queremos, alejándonos muchas veces de nuestros objetivos y metas.
Pero ¿cómo construir un entorno seguro donde las personas puedan expresar sus ideas, ser creativas y estar en desacuerdo sin miedo? Mi conclusión, es que se requieren al menos 3 actitudes conscientes:
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1.- La escucha empática que va más allá de simplemente oír, para poder entender las motivaciones y las expectativas de nuestro interlocutor,
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2.- Partir de la buena intención de nuestro interlocutor, entendiendo que el conflicto se basa en una diferencia de forma, pero no de objetivo común, y
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3.- Entender el conflicto como un mecanismo de construcción, en el que debemos ser humildes y abiertos para escuchar otras perspectivas y darnos la oportunidad de ser curiosos, para darles una oportunidad.
Hacer conciencia cada vez que escuchamos a otra persona o nos enfrentamos a un conflicto de estos 3 puntos me ha permitido aprender más sobre las personas a mi alrededor y entender que aún con experiencia y conocimiento, no necesariamente tenemos la mejor respuesta o solución creativa a una situación.
Ahora estoy tratando de escuchar más empáticamente a mi familia y a los equipos con los que interactúo, para que juntos trabajemos por nuestros objetivos comunes.
Queda ahora un interrogante, ¿cuál es la competencia blanda en la que vas a empezar a trabajar conscientemente mañana?
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Conozca más sobre Catalina Pinzón
Directora comercial orientada a resultados con más de 20 años de experiencia en ventas y gerencia de venta de software. Con experiencia en el manejo de equipos virtuales de ventas para el cierre de grandes negocios de software, reclutamiento y liderazgo de equipos de ventas para entregar crecimientos de doble dígito y abrir nuevos mercados en Latinoamérica norte: Colombia, Ecuador, Venezuela, Caribe y Centro América.
Consistentemente entregando crecimientos de doble dígito y entregando y sobrepasando cuotas de ventas.
Actualmente trabajando como parte de un equipo global de iniciativas estratégicas (GSI) en SAP, una organización global que se encarga de soportar los equipos regionales en la ejecución de programas globales y en la definición de la estrategia, estructuración, negociación y cierre de oportunidades complejas o altamente competitivas.