Por: Roberto René Picado, Especialista en sector público
Una vez que tengan completa claridad, sólo entonces, aprovechen su intuición.
Cada vez que nos enfrentamos a una situación en la que debemos tomar una decisión, nuestro cerebro tiene dos opciones, o respondemos de manera automática basándonos en lo que conocemos como intuición, o nos tomamos un tiempo para realizar un análisis profundo del tema antes de determinar cuál es la mejor decisión. No obstante, la mayoría de la gente confía en su intuición mucho más de lo que debería.
Según el Dr. Daniel Kahneman el Economista y Psicólogo de la Universidad de Princeton, y ganador del Premio Nobel en Economía, el funcionamiento del cerebro se puede ilustrar como una alianza entre dos sistemas que trabajan a velocidades diferentes. En su libro “Piense Rápido. Piense Lento”, Kahneman ilustra este concepto llamando a los sistemas uno y dos.
Kahneman propone que el sistema uno, reacciona de manera rápida basado en la intuición, mientras que el sistema dos, se toma más tiempo y utiliza más capacidades cognitivas en el proceso. La tendencia del cerebro es buscar la ruta de menor desgaste y eso hace que la mayoría de las personas reaccionen a la incertidumbre con la respuesta obtenida por el sistema uno, sin invertir el tiempo y esfuerzo requerido para analizar a fondo su decisión.
La intuición no siempre está equivocada e inclusive se han documentado muchos casos en los que esta intuición le ha salvado la vida a algunas personas. No está muy claro su funcionamiento, pero sí sabemos que entre más preparación tenga una persona en un área específica, su intuición tiende a ser más efectiva.
El problema radica en que, en momentos de incertidumbre, la intuición parece perder efectividad. Es lógico pensar que, en esta nueva realidad de pandemia, muchas personas están tomando decisiones con el sistema uno. Desgraciadamente es de esperar que las decisiones tomadas en este contexto tienden a no dar los mejores resultados. De ahí la importancia de estar conscientes de esta situación y buscar de manera proactiva involucrar al sistema dos en nuestra toma de decisiones.
Debemos basar nuestras decisiones, sobre todo las más importantes, en el análisis de la mayor cantidad de información que tengamos disponibles para el tema en cuestión. En este contexto, la analítica es hoy más que nunca necesaria para asegurar una toma de decisiones acertada. Las herramientas analíticas nos permiten analizar y procesar cantidades enormes de data que de otra manera sería imposible manejar. Esto nos permite encontrar patrones, proyectar tendencias y predecir resultados. La analítica ha evolucionado conforme las herramientas se han ido perfeccionando con la ayuda de la tecnología. Ya hoy se habla de la analítica predictiva que nos permite inferir que sucederá, llegando hasta lo que se conoce como analítica prescriptiva en donde ya se incluyen recomendaciones sobre lo que se debe hacer en base a los resultados que se están obteniendo. Cualquier organización que no utilice hoy la analítica para la toma de decisiones, estará en desventaja con las organizaciones que sí lo hacen. Por esto, el aprovechamiento de la data tiene que ser una prioridad estratégica de cualquier organización. Esta data debe convertirse en la base utilizada para entender el contexto y definir acciones.
Mi recomendación para los tomadores de decisiones es que nunca confíen solo en su intuición. Como primer paso, deben asegurarse de contar con las mejores herramientas disponibles para obtener la información necesaria que les permita analizar cada situación. Busquen tener un panorama completo de los elementos sobre los que se está decidiendo. Una vez que tengan completa claridad, sólo entonces, aprovechen su intuición. Pero recuerden siempre tomar el tiempo necesario para analizar lo que sugiere su intuición.
Conozca más sobre Roberto René Picado
Roberto René Picado Mussapp cuenta con más de 20 años de experiencia con responsabilidades a nivel de Latinoamérica en empresas como SAP, IBM Watson-Cognitiva, Dell y Microsoft. Su trayectoria le ha permitido facilitar los esfuerzos de transformación digital de muchos clientes en una amplia gama de industrias, con un importante énfasis en gobierno.
Cuenta con una Maestría en Administración de Negocios del INCAE y un título de Ingeniero en Sistemas de la Universidad Panamericana. Ha sido profesor en el programa de Maestría de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología, así como expositor y panelista en múltiples eventos a nivel regional. Su especialidad es orientar a las organizaciones a lograr una transformación digital exitosa.”