Por: Catalina Pinzón, Global Strategic Initiatives, SAP
No toda alternativa es una buena oportunidad, y cuando recibimos la opción de postular a un nuevo rol, ya sea liderando equipos o con mayores responsabilidades, es crítico identificar si esta opción es realmente una oportunidad de crecimiento laboral y personal. Sin embargo, no es una pregunta fácil y hay muchos factores a considerar, el balance vida-trabajo, la equidad de género y las expectativas respecto al equipo a liderar.
En cuanto al balance vida personal – trabajo, esto se hace más complicado cuando se tienen niños pequeños dada la percepción de mayor responsabilidad que sentimos las mujeres respecto a la educación de nuestros hijos. Aún con una pareja comprometida con el cuidado de los hijos, muchas mujeres sentimos que es nuestra responsabilidad tanto las tareas operativas como de formación de valores y criterio. Esto lleva a una mayor carga en el hogar y por lo tanto a una mayor exigencia cuando se quiere jugar tanto el rol de ejecutiva como el rol de mamá, además del de esposa, hija y amiga. Y por supuesto, hacer todos estos roles de la mejor manera posible. Y si aún no se tienen hijos, hay que considerar en algún momento la interrupción laboral por embarazo y lactancia y posteriormente las dificultades de reinserción laboral.
Respecto a la equidad de género, es un factor también a considerar. Pese a que cada vez las compañías entienden más la relevancia de la diversidad y la importancia de acoger diferentes perspectivas y respetar la combinación de raza, cultura, etnia, edad, género y orientación sexual y de identidad, todavía estamos muy lejos de alcanzar la igualdad de género. Desafortunadamente según el Foro Económico mundial, América Latina y el Caribe tardaría unos 59 años en alcanzar la igualdad de género. Esto significa que por realizar las mismas tareas, una mujer recibe menor remuneración que un hombre. Si bien, esta brecha es menor en cargos ejecutivos, no se puede desconocer.
Si a esto le sumamos la percepción subjetiva de estar listo o no para asumir una posición de liderazgo, lo que resulta es que tendremos menos mujeres en cargos directivos. Típicamente una mujer se va a postular a una posición, cuando crea que tiene todas las competencias para la misma; mientras que típicamente un hombre se postulará teniendo algunas, y con la certeza de desarrollarlas durante la ejecución del cargo. Con todos estos factores, el número de mujeres que van ascendiendo hasta niveles directivos de las empresas se va haciendo cada vez menor. A hoy, menos del 5% de las mujeres del listado de S&P 500 cuentan con una mujer directora general o equivalente.
Finalmente, están, también, las expectativas personales y las del equipo. Ocupar un cargo de liderazgo es una gran responsabilidad, porque el objetivo del líder es servir a su equipo de tal forma que cada miembro logre su máximo potencial y el equipo logre excelentes resultados. Esto requiere una verdadera vocación de servicio y una clara diferenciación entre autoridad y liderazgo. Competencias como la empatía, la capacidad de escucha, la coherencia, y la capacidad de delegar con responsabilidad son fundamentales y no dependen del género sino de la persona.
Desde mi perspectiva, tanto hombres como mujeres nos enfrentamos a diferentes retos a la hora de asumir un nuevo rol laboral con mayores responsabilidades. Estos son solo algunos de los retos como mujer a considerar, pero cada persona tendrá otros diferentes aspectos a tener en cuenta. La verdadera equidad de género es que la decisión personal de aplicar a un cargo y de la empresa a otorgarlo sea dada con base en las capacidades de la persona, considerando su entorno y empatando con sus intereses personales y profesionales. En conclusión, cada vez que haya una alternativa, debemos preguntarnos si es una oportunidad y evaluar todos aquellos aspectos personales y profesionales para definir si lo es.
Conozca más sobre Catalina Pinzón
Directora comercial orientada a resultados con más de 20 años de experiencia en ventas y gerencia de venta de software. Con experiencia en el manejo de equipos virtuales de ventas para el cierre de grandes negocios de software, reclutamiento y liderazgo de equipos de ventas para entregar crecimientos de doble dígito y abrir nuevos mercados en Latinoamérica norte: Colombia, Ecuador, Venezuela, Caribe y Centro América.
Consistentemente entregando crecimientos de doble digito y entregando y sobrepasando cuotas de ventas.
Actualmente trabajando como parte de un equipo global de iniciativas estratégicas (GSI) en SAP, una organización global que se encarga de soportar los equipos regionales en la ejecución de programas globales y en la definición de la estrategia, estructuración, negociación y cierre de oportunidades complejas o altamente competitivas.