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El principal objetivo de las compañías ha sido siempre ganar dinero. Un mindset que muestra una tendencia a modificarse y que empieza a comprenderse a partir del cambio climático, la conciencia de un nuevo consumidor y el entendimiento de que los recursos son limitados.

Por lo tanto, generar valor a las sociedades y usar de manera adecuada los recursos entra a ser parte de este nuevo objetivo tridimensional. Es cierto que es imprescindible apalancar el negocio y hacerlo rentable, pero eso no tiene sentido si se descuidan otros dos ejes igual de importantes: la comunidad y el medio ambiente. En inglés, se conoce este enfoque como triple bottom line o 3P’s: profit, people, planet. El balance entre estos tres factores promueve la economía y nos permiten pensar en una cultura de bienestar más amplia.

Nuevas perspectivas de la sustentabilidad

El mundo tiene recursos limitados y ya existen estimaciones que indican que para satisfacer las necesidades de los más de 7.000 millones de habitantes que ocupamos hoy la Tierra, serían necesarios cerca de 1.8 planetas como el que hoy tenemos: es hora de cuidar nuestros recursos. ¿Por qué generar energía a partir de recursos fósiles si hay cada vez más fuentes de energía alternativas más limpias, como la energía solar, la eólica o la producida por el movimiento de las olas?

La sostenibilidad implica una nueva mirada estratégica con foco en que todo lo que hacemos garantice la existencia futura. Por ejemplo, el trayecto hacia una economía circular. Los recursos renovables tienen desafíos desde el punto de vista de la optimización, pero nos dan la tranquilidad de que, bajo la respectiva responsabilidad, cuidado y control, se pueden regenerar. Una cosecha de trigo es también el inicio de la siembra para la campaña siguiente. Pero existe todo un conjunto de materias primas limitadas, como el petróleo o los minerales, causantes de tantas guerras mundiales. ¿Cómo hacer para que los productos que se fabrican a partir de estos elementos finitos puedan perdurar a lo largo del tiempo? La respuesta está basada en la circularización, la reutilización, la remanufactura, el reciclaje y la creación de productos con ciclos de vida más extensos.

Cada teléfono móvil, cada computadora y cada electrodoméstico que culmina su ciclo de vida útil tiene numerosas piezas plásticas y metálicas que podrían servir para construir la siguiente generación de dispositivos. Así se aporta al planeta, ya que estos materiales suelen demorar mucho tiempo en descomponerse propiciando gases de efecto invernadero, pero además se convierten en un factor de reducción de costos altísimo para las compañías. Incluso, si los manufactureros habilitan campañas de reciclaje de sus propios productos, se aseguran de que las materias primas a reutilizar tengan su propia garantía de calidad.

Economía circular: sostenible y rentable

Pero hay más opciones: podría haber agentes logísticos que ante un producto que se descarte y que esté en perfecto estado se ocupe de recomercializarlo en un nuevo nicho que se interese por él. O, en la era del everything as a service, los fabricantes podrían brindar diferentes prestaciones para extender el ciclo de vida de sus artículos y, de esta manera, generar un mayor engagement de sus clientes.

Como experta en cadena de suministro, me entusiasma ver lo que nuestro sector puede aportar para impulsar esto a la realidad: ofrecer las herramientas para flexibilizar las entradas de materias primas – que ahora podrían ser nuevas o usadas -, establecer modelos de producción que habiliten la remanufactura, adoptar una logística inversa robusta para redireccionar productos que los clientes dejan de usar en buen estado hacia un nuevo usuario, gestionar los activos y monitorearlos para reducir las emisiones al aire, optimizar el transporte para disminuir el dióxido de carbono y generar una planificación del negocio lo más acertada posible para evitar desperdicios en los procesos productivos. Podemos imaginarnos y crear muchas más. Las oportunidades se multiplican. Las mentes se abren. No existe una única solución para todo.

Como dato adicional: el 60% de los ejecutivos de la región considera que las economías circulares son una estrategia rentable, según el informe “La sostenibilidad en la agenda de los líderes de Latinoamérica”, realizado por SAP.

La sostenibilidad no es una opción: se trata de un elemento clave para las empresas que quieran obtener ventajas competitivas, mejorar su reputación, crear ambientes laborales óptimos y, lo más importante de todo, aportar su grano de arena para construir un futuro mejor para todos.


PorDiana Angulo, Demand Manager for Digital Supply Chain, Región Norte, SAP Latinoamérica


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