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La incertidumbre que se produce en situaciones de crisis económicas se suele ver reflejada en un descenso de las ventas y un encarecimiento de los suministros. Una óptima gestión del circulante en estos momentos es vital para garantizar la liquidez y la continuidad de la empresa.

En este artículo, profundizaremos en la importancia de controlar las finanzas y veremos cómo mejorar la gestión del circulante.

¿Qué es el circulante de una empresa?

El capital circulante es el dinero que fluye en una empresa, es decir, el efectivo de que se dispone. También conocido como fondo de maniobra, el circulante permite llevar a cabo las operaciones habituales, como cobros y pagos, con normalidad. 

Sin una adecuada gestión del capital circulante, una compañía puede verse inmersa en dificultades económicas que pueden frenar su actividad. En tiempos de crisis e incertidumbre como los actuales, el flujo de efectivo es vital para sostener el crecimiento y reducir el riesgo de insolvencia.

Cuando se paraliza o se ralentiza el flujo de efectivo, las consecuencias pueden ser muy negativas para la compañía porque no podría funcionar con normalidad. Además, la imagen de marca se vería deteriorada, con el riesgo de que clientes y proveedores pierdan su confianza en ella. 

En tiempos de crisis económica, la optimización de la gestión del capital circulante es fundamental también para afrontar posibles impagos o dificultades de acceso a financiación.

Por qué es importante la gestión financiera del circulante de una empresa en tiempos de crisis

El objetivo principal de la gestión del circulante de una empresa es disponer de fondos suficientes para hacer frente a los pagos. La economía sufre altibajos a lo largo del tiempo. 

Estar preparados para una crisis como la actual supone tener bajo control el flujo de efectivo. Cuando la situación económica no es favorable, muchas pymes se enfrentan a complicadas dificultades financieras, que pueden poner en riesgo la viabilidad del negocio.

El origen de este problema suele encontrarse en una deficiente gestión financiera del circulante. La falta de liquidez puede ser un serio problema incluso cuando la compañía continúa facturando.

La estrategia de negocio y financiera deben estar alineadas

Muchas veces, los análisis de la empresa se focalizan en la rentabilidad y los márgenes, pero no prestan atención a los informes diarios de efectivo, que debería ser uno de los indicadores clave. La estrategia de negocio y la financiera deberían estar alineadas e interrelacionadas

La estrategia financiera facilita las compras, ventas, inversión, etc. Por tanto, los objetivos de compras deben tener en cuenta, entre otros aspectos, el flujo de efectivo. A su vez, los objetivos de ventas deben considerar la capacidad financiera para determinar, por ejemplo, el crédito que se puede conceder a los clientes.

Independientemente de que la compañía tenga buenas cuentas de resultados, los problemas de liquidez recurrentes pueden limitar su capacidad de negociación con los bancos y obligar a aplazar pagos a proveedores. 

En resumen, la gestión del circulante afecta a todas las esferas de la empresa, como marketing, contabilidad, ventas, inventario, etc.

7 consejos para mejorar la gestión del circulante

Afortunadamente, las herramientas tecnológicas facilitan la gestión del capital circulante. Con una buena planificación y las soluciones digitales a su alcance, todas las organizaciones pueden conseguir unas finanzas saneadas y un efectivo para cubrir eventualidades. 

1. Calcular correctamente el capital circulante

El cálculo del capital circulante o fondo de maniobra es una magnitud clave para la correcta gestión financiera. Este dato revela la capacidad de una organización para afrontar sus pagos. 

La fórmula para calcularlo es la siguiente:

ACTIVO CORRIENTE – PASIVO CORRIENTE = CAPITAL CIRCULANTE

El activo corriente está formado por las existencias, tesorería, cobros a corto plazo, etc. El pasivo corriente, por su parte, se compone de las obligaciones de pago en un plazo inferior a un año.

El resultado de la fórmula debe ser positivo, puesto que, de lo contrario, aumenta la probabilidad de no poder hacer frente a las deudas a corto plazo con los activos corrientes.

2. Emplear un software que optimice la gestión de cobros y pagos

Las soluciones de gestión empresarial (ERP) disponibles en el mercado cubren las necesidades de cualquier compañía. Sin embargo, algunas aplicaciones son más completas que otras. 

Una herramienta que ayude a mejorar la gestión del circulante debe ser capaz de calcular las previsiones y, sobre todo, automatizar los cobros y pagos para mantener siempre actualizado el flujo de efectivo.

En ese sentido, las soluciones SAP, como S/4HANA Cloud y Analytics Cloud, unen ERP y planificación financiera en una sola herramienta. La visión global de los números en tiempo real permite actuar con mayor rapidez ante cualquier eventualidad. 

SAP Business One ayuda a gestionar el flujo de efectivo y optimizar el uso de la liquidez según el momento. Su función de análisis en la línea de tiempo facilita la planificación y permite estar preparados para distintos escenarios

3. Minimizar riesgos de impago y retrasos

Además de saber en todo momento cuánto y cuándo debe cobrar, es muy recomendable establecer protocolos de actuación ante impagos o retrasos. Iniciar los procesos de recobro de impagados cuanto antes incrementa las probabilidades de recuperar las cantidades debidas en el menor tiempo posible. 

Los créditos comerciales suelen ser una herramienta de marketing. El departamento de ventas puede tratar de alargar los plazos como estrategia para ganar clientes. Sin embargo, el departamento de finanzas debe procurar que estos plazos sean lo más cortos posible. Una táctica muy común es ofrecer descuentos por pronto pago. 

Finalmente, siempre se deberían asegurar los créditos comerciales con empresas de crédito y caución para minimizar riesgos.

4. Cumplir puntualmente con los pagos

Los pagos a proveedores, préstamos, nóminas, impuestos y seguros sociales deberían estar siempre al día para evitar las consecuencias negativas que acarrea no cumplir estas obligaciones.

La financiación bancaria es un recurso habitual para realizar inversiones, adquirir equipamiento o ampliar el negocio. Si los importes de las cuotas se retrasan una y otra vez, la confianza de la entidad financiera en la empresa se resiente. Como consecuencia, será más complicado acceder a nueva financiación en el futuro.

El capital humano es el principal activo de las empresas. Si se producen retrasos en el pago de las nóminas de forma reiterada, la organización corre el riesgo de perder a sus mejores trabajadores. La falta de talento puede afectar a la viabilidad del negocio.

5. Mantener las obligaciones tributarias al día

Los impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social deberían estar siempre al día. No obstante, estos organismos disponen de sistemas de aplazamiento y fraccionamiento que pueden ser útiles en alguna ocasión. 

Los impagos de deudas con la Administración pública pueden tener consecuencias muy graves, como el embargo de cuentas bancarias y otros bienes, además de multas y recargos. 

6. Optimizar la gestión del inventario

Las soluciones digitales para control de inventario son grandes aliadas en este sentido. Con su ayuda, la empresa puede mantener el nivel óptimo de existencias según las previsiones de ventas.

Si la empresa hace un gran acopio de mercancía que no tiene salida a causa de una situación de crisis económica, la inversión realizada no genera liquidez. Por otra parte, un exceso de celo también puede resultar perjudicial. Con un inventario muy ajustado se pueden producir roturas de stock.

Esta situación perjudica por partida doble: pérdida de ingresos y deterioro de la imagen de la empresa por su incapacidad para atender pedidos.

7. Jugar a favor con los créditos comerciales

Si bien los pagos se deben cumplir con puntualidad, existen algunas herramientas que pueden ayudar a mejorar la gestión del circulante

Una de ellas es controlar los pagos y financiación con los créditos comerciales de los proveedores. Esta práctica se debe hacer con precaución para evitar incumplir con la ley de morosidad. De lo contrario, se conseguiría lo opuesto a lo deseado. 

Por otra parte, existe la posibilidad de anticipar el cobro de los créditos comerciales de la empresa. Las entidades financieras no suelen poner trabas, siempre y cuando se cumpla con los pagos de las cuotas y no haya reclamaciones por demora. 

Las crisis económicas son inevitables y, muchas veces, imprevisibles. Son situaciones que no se pueden controlar, por lo que es preciso buscar estrategias eficientes para sortearlas sin que peligre la viabilidad de la empresa. 

Prevenir es la mejor estrategia para estar preparados en los momentos de incertidumbre. Las buenas prácticas para el control del flujo de caja son vitales para disponer de efectivo en épocas de adversidades

Las herramientas digitales como SAP son grandes aliadas de la gestión del circulante, ya que facilitan la previsión de cobros y pagos, proporcionando información veraz en tiempo real. De esta manera, se pueden tomar mejores decisiones con gran agilidad. 

 


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